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domingo, 14 de septiembre de 2008

Inestabilidad politica

¿Cómo vamos a estar en dos años?

El difícil ejercicio de pronosticar el futuro económico de la Argentina[1].

Nicolás Mancini, Septiembre 2008.


Ante la pregunta ¿cómo y dónde va a estar la Argentina en unos doce o quince meses?, no puede uno mas que encogerse de hombros y poner cara de “no tengo la menor idea”. Pero si le exigen al pobre “uno”, una respuesta fundada, no queda otra alternativa que respirar profundo, tratar de ver si hay un rumbo, hacia donde apunta y ensayar futurología…

Casi por definición la Argentina es impredecible, inconstante y sorprendente, se dice que todo puede pasar en un par de años en estas tierras caprichosas. Sin embargo se pueden ir adelantando algunas conclusiones… como, (a) difícilmente estemos en condiciones de tener muchas seguridades hacia futuro, por que eso nunca nos pasó, o (b) que, si estamos en una situación de estabilidad, baja inflación, equilibrio social y baja conflictividad, será solo una casualidad y seguramente una cantidad importante de factores estarán trabajando para revertir esa situación.

Argentina es un país con una rara obsesión por la inestabilidad, las crisis abruptas, las recuperaciones milagrosas, las demostraciones espectaculares de un valioso y rico potencial y la corrupción en todos los ámbitos. Con estas cualidades no puede llevar una vida muy estable y feliz, podríamos decir que tenemos un país con problemas existenciales graves.

Para ejemplificar un poco este diagnostico, solo tenemos que ver lo sucedido en las ultimas dos grandes crisis que vivió el país en esta era de democracia post dictadura; la crisis “hiperinflacionaria” de fines de los ’80 y la crisis “financiera-corralitera-defaultera” de principios de Siglo. En ambos casos se trató de crisis de enormes dimensiones que llevaron al país al caos generando repercusiones en todos los ámbitos de la vida social, política, económica y productiva, transformando al país en un Estado de pésima imagen internacional y todas las consecuencias que esto acarrea en términos de crédito internacional, inversiones, proyectos a largo plazo, etc.

Después de las crisis, vino la reactivación económica, el crecimiento sostenido, la situación internacional ventajosa y todas las perspectivas positivas para levantarse, reinventarse y proyectarse a largo plazo… así pasa, excepto por el proyecto a largo plazo. Con la reactivación los gobernantes se sienten invencibles, se endosan todo el crédito por el crecimiento y la reactivación gracias a su “pericia” y miran a los otros (locales y extranjeros) por sobre el hombro y con soberbia de acuerdo al tradicional complejo de inferioridad que nos hace tan queridos por nuestros vecinos.

Los años de reactivación y crecimiento sostenido son crónicamente desperdiciados por la clase dirigente nacional, el gobierno se encandila y engolosina dando saltos impulsivos hacia cualquier lado (léase tren bala, viaje por la estratosfera o el reciente “pago al Club de Paris”) los índices de corrupción suben y suben y cuando las buenas perspectivas externas y los factores de reactivación ya no existen, la situación se torna hostil y el país se prepara para entrar en una nueva etapa de recesión que culminará por estrellarse contra un muro una vez mas para repetir la historia. El ciclo trágico se repite pero no se aprende de los errores.

Hecha esta aclaración, solo queda ver en qué parte del ciclo estamos hoy y en qué parte del ciclo estaremos en unos quince meses.

Hoy, podríamos decir, que estamos culminando una de las etapas de reactivación y crecimiento récord (de las que estuvimos hablando mas arriba), de seis años de un crecimiento del PBI anual de entre 8 y 9 % sostenido, estamos empezando coquetear con los Organismos Internacionales de Crédito para tener otra vez el estatus de país confiable, el cambio del dólar aún nos favorece y sobre todo, el precio de los comodities que Argentina produce están (no tanto como a principio de año) a buen precio, a pesar del “valor del dólar local”. Hay un bajo desempleo, las reservas del Estado son altas y la capacidad impositiva y recaudatoria es aceptable. Entonces, en la actualidad, gobierno goza de importantes recursos para mantener al país estable y preparado para adversidades, pudiendo suponerse que en dos años no estaremos en una crisis profunda como la crisis del 2001 o la de 1989. La pregunta es ¿Estaremos en una recesión, en un momento de crecimiento sostenido o si el país estará como está ahora -creciendo y manteniéndose gracias al gran viento de cola internacional?- .

El 2009

Debido a nuestra falta de proyección y de programas a largo plazo, la economía argentina es muy vulnerable al clima internacional. Gran parte del crecimiento vivido en los últimos años se debe puramente a los factores de crecimiento que experimentaron todos los países de la región. En América Latina, un aumento del PBI superior al 4% en los últimos 4 años y del PBI por habitante mayor al 3% en 6 años consecutivos, incluyendo el actual, fueron hechos inéditos en cuatro décadas[2]. A pesar de estos números alentadores, los países americanos crecieron incrementando su brecha social en simultáneo y los más grandes temores parecen ser el alza constante de la pobreza y la fuerte aceleración inflacionaria.

Argentina está a la cabeza del pelotón con un crecimiento alto (2008 = 7,0%) aunque en baja (2007 = 8,7%) y con perspectivas de mayor reducción para el 2009 (2009 = 5,0)[3] lo que significa, para algunos economistas, recesión. Esta es una palabra temida en Argentina, puesto que generalmente viene para quedarse. A esto se suma la estimación de un aumento de los subsidios al sector energético y el transporte de números millonarios, una inflación creciente (la combinación es explosiva) y una baja en los precios de los granos del 20% que demanda un ajuste del precio local del dólar para ser competitiva pero de darse, la inflación sería insostenible… lo mismo si se reducen los subsidios a los sectores energético y de transporte.

Por ende, las decisiones a tomar deberán ser muy cautelosas, las señales al exterior para reducir el riesgo país tendrán que ser categóricas y sinceras, las medidas urgentes deberán ser tomadas y por sobre todo, no podemos perder más oportunidades como la que se perdió este año a raíz de la crisis del campo consecuencia de la constante crispación y enfrentamiento político, a mi entender, absolutamente innecesario al que nos tienen acostumbrados últimamente.

Todo dependerá de que sucedan o no, cambios que urgen. Cambios en el ámbito económico, en el ámbito productivo, en términos de conflictividad social y en términos de conflictividad del gobierno con diferentes ámbitos de la vida productiva nacional e internacional. Dependerá de que exista algún programa a largo plazo, de un plan para medir seriamente y controlar la inflación, dependerá de que surjan acuerdos que garanticen la estabilidad política, de que se reduzcan los índices de corrupción estructural, de enfrentar la crisis de representatividad institucional, de garantizar la división de poderes, del funcionamiento de los partidos políticos y entre otras cosas de garantizar una seguridad jurídica que fomente la inversión directa extranjera.

Todos factores, a mi entender, que se hacen esperar y no llegan, de modo que ciertos factores externos y potenciales internos pueden sostener un proyecto productivo y serio que permita al país desarrollarse sostenidamente y solucionar sus problemas crónicos, pero no se está aprovechando la situación y las perspectivas para el 2009 no son malas pero si tan frustrantes como las actuales… o sea, ver y sentir una vez mas, como se desaprovechan oportunidades y potencialidades.

La administración actual tendrá que mirar un poco a su gigante vecino Brasil e imitar algunas medidas tendientes al crecimiento, la seguridad jurídica y sobre todo abandonar la conflictividad y adoptar la negociación y la búsqueda radical de acuerdos como política de Estado.



[1] Trabajo para el Profesor Abraham Stein, Maestría en Relaciones Internacionales, UBA. El lenguaje de este articulo es coloquial puesto que así se convino en la consigna.

[2]Estudio Económico de América Latina y el Caribe. Política económica y volatilidad” Publicación de las Naciones Unidas, agosto de 2008. http://www.cepal.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/de/noticias/noticias/0/33880/P33880.xml&xsl=/de/tpl/p1f.xsl&base=/de/tpl/top-bottom.xsl

www.cepal.org/de

[3] Fuente CEPAL www.cepal.org/de

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